Veo a dos mujeres como dan de comer a unas palomas, en un alocado jolgorio despliegan sus alas en un vuelo perfecto, instante que inmortalicé con mi cámara y que ahora comparto.
A veces en pensiones y hostales de mala muerte el viajero descansa, no importa el lujo, solo un camastro en el que recuperar fuerzas y continuar el camino.